lunes, diciembre 04, 2006

Recorrido por el paraíso del vino peruano



Periodista Digital
Cartas desde Perú
marzo de 2006

Si desea realizar un ameno paseo por uno de los viñedos de más rancia tradición de nuestro país y conocer más sobre la elaboración del vino, entonces su destino está cálido en el sur. Desde los primeros días de marzo el alam del Marquez de Caravantes regresa para dar vida a toda una tradición continental.

El viñedo Tacama tiene una extensión de 180 hectáreas situadas en el fértil valle de Ica, a 300 kilómetros de la capital. Ubicado en un oasis rodeado de desiertos, esta es una de las viñas más hermosas y tradicionales donde se elaboran distintas variedades de los mejores vinos y piscos de nuestro país.

Antes de la ciudad de Ica, a 11 kilómetros hacia el noreste, entramos a un camino de tierra afirmada que nos lleva hacia nuestro destino. Rodeada de verdes campos divisamos la casa hacienda pintada de un agradable color palo rosa. En la hermosa reja de hierro que se abre sobre una extensa y florida alameda, nos reciben los trabajadores de Tacama para mostrarnos con orgullo esta ejemplar empresa.

La tranquilidad de este refugio es admirable y la sombra que nos brindan sus antiguos árboles de araucaria nos hace sentir muy a gusto. Iniciamos nuestra visita con un paseo por la casa hacienda, la cual fue antaño propiedad de la orden de los agustinos antes de que poseyera y ampliara la familia Olaechea, fundadores de la viña en el año 1889. La casa cuenta con una hermosa capilla en la que se exhiben bellas vestiduras eclesiásticas antiguas. Cerca de la casa se encuentra el patio de los almácigos, vivero que sirve para multiplicar las nuevas variedades de semillas procedentes de Francia. Junto a estas pequeñas parras para selección de semillas se encuentra la caballeriza que alberga finos caballos de paso que le dan al lugar una cálida atmósfera de tradición nacional.

Frente al patio se levanta una sólida torre cuya campana tañe cada media hora, rompiendo brevemente el profundo silencio de los campos.

La visita a la bodega es uno de los aspectos más importantes pues nos permite conocer de cerca el cuidadoso proceso de elaboración de los vinos gracias una guía capacitada que acompaña a los visitantes durante todo el recorrido. Si tiene la suerte de encontrarse en la bodega con los experimentados enólogos franceses de la empresa, podrá profundizar en los detalles del proceso del vino.

El ciclo del cultivo de la vid se inicia en el mes de agosto, durante el cual se realizan las faenas agrícolas. La vid brota en setiembre y florece en octubre. La vendimia comienza en enero y termina en marzo. A partir de este mes la planta ingresa en un descanso vegetativo que renovará el vigor de la vid para el año próximo. Claro que las fechas varían un poco dependiendo del clima de cada año.

Otro aspecto notable de la viña Tacama es su museo, en el cual se exhibe maquinaria que se usaba en el pasado para la elaboración de los vinos y en el que se exponen los que hoy se elaboran. En una fresca ramada anexa al museo, el visitante puede probar los vinos y piscos que produce el viñedo, en particular el premiado vino Blanco de Blancos.