domingo, julio 30, 2006

Uruguay, país del Tannat




Vino Uruguay:
Guía de vinos uruguayos



Hace algunos años surgió en la televisión inglesa una propaganda de doble sentido para un aperitivo italiano:

"The first time is never the best“ (La primera vez nunca es la mejor)...

Esta afirmación también es válida para el Tannat. A este vino hay que acercarse despacio. Mejor aún: hay que descubrirlo y se lo descubre mejor como acompañante de carnes rojas y quesos envejecidos.

El Tannat es la especialidad del Uruguay que está teniendo mejor reconocimiento, también internacional, en los ultimos años, porque fue desarrollado y mejorado consecuentemente. En el año 1875 llegó a Uruguay.
El vasco francés Pascal Harriague lo trasplantó del Madiran al Uruguay. Plantó aprox. 200 ha con esta vid que se conoció aca bajo el nombre de „Harriague“. Aún hoy se cultivan vides de tannat en el Uruguay, que tienen mas de 100 años. Uruguay es hoy el único país del mundo donde se plantan vides tannat en gran escala. Aprox. El 25 % de la superficie vitivinícola es de Tannat.

El color del Tannat va de un color rojo cereza oscuro hasta color negro-tinta. Su bouquet es aromatico, su sabor con contenido a Tanino y con mucho cuerpo. Dominan notas de moras, frambuesas y cuero. En cuvees con otras variedades como Merlot, Cabernet Sauvignon o Cabernet Franc el Tannat le da al vino una nota especialmente fuerte.

El Tannat uruguayo no es una simple copia del Madiran del Sudoeste francés. El Tannat uruguayo tiene su propia calidad y es reconocido definitivamente como más suave y accesible.

Luego de un estudio del Dr. Roger Corder del Instituto William Harvey para la investigación en Londres del sistema circulatorio, los polifenoles de la uva del Tannat parecen proteger muy especialmente las arterias del corazón de sedimentos daniños.

En los últimos años el Tannat del sudoeste francés, que alli se llama según su origen geográfico Madiran, tiene más y más reconocimiento y comienza a hacerle competencia al Bordeaux, vino de Burdeos.

Las variedades más populares:

Vinos blancos:

Chardonnay, Sauvignon Blanc, Gewuerztraminer, Pinot Grigio, Chenin, Muscat, Frontinan, Riesling Semillon, Muscatel Ottonel y Torrontes

Vinos tintos:

Tannat, Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Syrah

domingo, julio 23, 2006

Los mejores vinos españoles, según el concurso Nariz de Oro 2006




Los sumilleres participantes en el Concurso Nariz de Oro han elegido los mejores vinos de España entre más de 100 vinos de 23 denominaciones de origen.

El certamen Nariz de Oro, que celebra este año su XV edición, reunió en Madrid a 93 sumilleres seleccionados en las semifinales de Pamplona, Sevilla, Barcelona, Salamanca y Valencia entre unos 500 profesionales, pero sólo 8 pasaron a la gran final.


LOS MEJORES VINOS DE ESPAÑA, DESIGNADOS EN EL CONCURSO NARIZ DE ORO

Los sumilleres participantes en el Concurso Nariz de Oro (2006)han elegido los mejores vinos de España entre más de 100 vinos de 23 denominaciones de origen. Los sumilleres puntúan el vino en cata ciega, sin tener más datos del mismo que los que son capaces de percibir con sus sentidos. Los vinos están clasificados en siete categorías: cavas, blancos, rosados, tintos jóvenes, tintos crianza, tintos larga crianza y vinos especiales

Los vinos ganadores son los siguientes:

Vinos blancos

1º Jean León Chardonnay 2003 (D.O. Penedés) Jean León
2ª Viña Clavidor 2005 (D.O. Rueda) Vidal Soblechero
3º Aura Verdejo 2005 (D.O, Rueda) Domecq Bodegas

Vinos rosados

1º Floresta 2005 (D.O. Penedés) Pere Guardiola
2º Castillo de Javier 2005 (D.O. Navarra) Castillo de Javier
3º Mas Comtal Rosat Lagrima 2005 (D.O.Penedés) Mas Comtal

Espumosos

1ºJuvé y Camps Milesime 2001 (D.O. Cava) Juvé Camps
2º Burbujas Cantosán Brut Nature (D.O. Rueda) Grupo Yllera
3º Luís Justo Villanueva Brut Nature (D.O. Cava) Mont Ferrant

Generosos

1º Palo Cortado Obispo Gascón (D.O. Jerez) Barbadillo
2º Fino Amontillado Coquinero (D.O. Jerez) Osborne
3º Amontillado Raro Escuadrilla (D.O. Jerez) Emilio Lustau

Dulces

1º Olivares 2003 (D.O. Jumilla) Olivares
2º Pedro Ximénez Reserva Familia (Málaga) Lopez Hermanos
3º Veritas dolç 2005 (D.O. Binissalem) José Luís Ferrer

Tintos corta crianza

1º Avan Nacimiento 2004 (D.O. Ribera del Duero) Juan Manuel Burgos
2º Detrás de la casa Syrah 2004 (D.O.Yecla) Castaño
3º Ágora barrica Tempranillo 2005 (D.O.Valdepeñas) Arúspide

Tintos larga crianza

1º Trasnocho 2003 (D.O. Rioja) Fernando Remirez Ganuza
2º Gran Claustro 2001 (D.O. Empordá Costa Brava) Castillo Perelada
3º Abadia Retuerta Selección especial 2002
(V.T. Castilla y León) Abadía Retuerta

martes, julio 18, 2006

Los Caminos del Vino: para conocer los vinos de Mendoza




Los caminos del Vino

A través de los Caminos del Vino se pueden conocer las bodegas de Mendoza y disfrutar de sus excelentes vinos, que son fruto de una viticultura ecológica y poseen -sobre todo los tintos- una alta capacidad antioxidante asociada con su contenido de distintos tipos de polifenoles.

Según recientes estudios científicos, esto contribuye a frenar el envejecimiento de las arterias y otros órganos. El consumo moderado de vino tiene la virtud de armonizar el placer con una mejora considerable de la calidad de vida.

En los últimos tres años hubo una importante reconversión de viñedos, lo que permite a Mendoza como punta de lanza de la Argentina - tener mayor cantidad de vinos de alta calidad para satisfacer la creciente demanda del mercado internacional. En el período mencionado se implantaron en nuestra provincia más de 25.000 hectáreas de nuevos viñedos de variedades de uvas finas Entre las tintas el ranking lo encabeza la variedad Malbec, seguida por las cepas de Cabernet, Merlot, Syrah y Bonarda; y entre las blancas predominan las variedades Chardonnay y Chenin.

En la Argentina, la viticultura comenzó en la época de la conquista española y tuvo un desarrollo a gran escala desde mediados del siglo XIX en los valles de las provincias andinas. La región apta para el cultivo de la vid se extiende a lo largo de la Cordillera de Los Andes desde la provincia de S alta en el Norte hasta la de Río Negro en el Sur del país. La gran amplitud de esta zona, combinada con la topografía particular de los valles andinos, permite el cultivo de una amplia gama de cepajes y variedades.

En la provincia de Mendoza, que ostenta la mayor superficie implantada en el país con casi 140.000 hectáreas de viñedos, se distinguen cuatro oasis vitícolas bien diferenciados.

Los caminos del vino que se detallan a continuación han sido proyectados como paseos de mediodía o un día completo, durante los cuales se visitan bodegas de características muy diversas. Se recorren sus viñedos, se realiza una degustación/ cata con opción de comprar vinos en la misma bodega-. Además, es posible disfrutar de otros lugares de interés paisajístico, histórico y cultural.

Oasis centro-oeste

Ubicado en el norte de la provincia está regado por las aguas del río Mendoza, se ubica en el piedemonte (entre los 650 y los 1.060 metros de altitud) y abarca principalmente viñedos de los departamentos de Luján de Cuyo y Maipú. Por las características de suelo y clima es la zona más importante de producción de vinos finos, tanto tintos como blancos.

Los Caminos del Vino del Valle Viejo (Ciudad, Guaymallén, Godoy Cruz)

Partiendo del centro de la ciudad de Mendoza se puede visitar el Museo del área Fundacional, donde se hallan restos arqueológicos de la antigua ciudad. Luego, podrá conocer dos bodegas centenarias: Bodegas y Viñedos Santa Ana (fundada en 1891), con su arquitectura única de fin de siglo XIX que se combina con una modernísima planta de fraccionamiento; y Bodega Escorihuela (1884), que conserva una de las tonelerías más importantes del mundo, además de los muebles originales, y es reconocida por apoyar a los artistas mendocinos con permanentes exposiciones en su sala de arte.

Los Caminos del Vino de Acequias y Arboledas (Maipú)

Bodegas López (1898) en pleno corazón de Gutiérrez, Maipú, es una de las más tradicionales de Argentina. Fundada y administrada por una familia de origen andaluz, exporta vinos hace más de 70 años a países de todo el mundo.

La visita continúa en el Museo Nacional del Vino Casa Giol y en la Bodega La Rural (1885), donde encontrara la colección más importante de antiguos elementos de vinificación y de imaginería religiosa cuyana: alrededor de 4.500 piezas expuestas en sus jardines, paredes y pisos. La Bodega Trapiche sorprende por ser una de las más grandes del país, con un importante toque francés. Es pionera en innovación tecnológica y en la conquista de nuevos mercados y sus vinos han recibido numerosos premios. En otra escala, en Viña El Cerno podrá ser protagonista de una entretenida clase de degustación, dirigida por sus propios dueños.

Los Caminos del Vino las Barrancas del Río (Maipú)

Esta región vitivinícola de suelos pedregosos se encuentra a unos 30 km de la ciudad, en las cercanías de las barrancas del río Mendoza. La visita incluye la Finca Flichman (1873), situada en lo que fue un asentamiento huarpe, una bodega de origen familiar que hoy sigue produciendo vinos de gran calidad, con un definido carácter argentino.

A pocos pasos de allí se encuentra la Capilla Nuestra Señora del Rosario, la más antigua de la provincia. Para finalizar, la Bodega Cruz de Piedra se destaca por su arquitectura de estilo mediterráneo y la conjunción con la alta tecnología en la elaboración de vinos finos. Desde sus balcones se pueden apreciar sus extensos viñedos.

Los Caminos del Vino los Altos del Río 1 (Luján de Cuyo)

En la zona alta del río Mendoza, conocida por la calidad de sus vinos, está ubicada Bodegas Etchart, adquirid as en 1996 por un importante grupo francés, produce varietales que han obtenido numerosos premios en los últimos años. En Bodegas Chandon (1959) la primera filial creada fuera de Francia, se producen con la más alta tecnología distintos tipos de champagnes muy conocidos en el país. Por último, en Dolium se apreciarán las nuevas tendencias en el diseño de bodegas de estilo internacional: es la primera bodega boutique mendocina totalmente subterránea.

Los Caminos del Vino los Altos del Río 2 (Luján de Cuyo)

En este caso puede degustar los vinos de alta calidad de la centenaria Bodega Norton una de las mejor equipadas del país mientras disfruta de la gran vista panorámica de la Cordillera de los Andes, desde la amplia terraza de su winebar. A pocos metros se sitúa Cabrini, una bodega familiar famosa por su producción de vinos para misa (pro veedora del vaticano) y que también elabora vinos varietales. Al final del recorrido, el wine shop de Viniterra le ofrece toda la línea de accesorios para el vino, cigarros famosos y, claro esta, lo fundamental: su variada gama de vinos de nobles cepajes.

Los Caminos del Vino la Carrodilla (Luján de Cuyo)

La Bodega Lagarde es reconocida por sus prestigiosos vinos, sobre todo tintos, elaborados en partidas limitadas en el centenario establecimiento original cercano a la ciudad de Luján de Cuyo. Muy próximo se ubica el Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú, donde vivió el famoso pintor mendocino Fernando Fader. En la zona de Chacras de Coria le ofrece sus exclusivos vinos Bodegas Alfredo Catena, elaboradas con moderna tecnología por esta familia de viticultores italianos.
De regreso, en el distrito de Carrodilla, se pu ede visitar una pequeña y antigua bodega cuidadosamente restaurada para adaptarla a las necesidades actuales: Viña Amalia (1922), con sus barricas de roble francés y americano. Un poco hacia el Norte está el Santuario de la Carrodilla, donde se reúnen miles de católicos durante la Semana Santa.

Los Caminos del Vino del Valle de Vistalba (Luján de Cuyo)

Este valle, apreciado por su belleza y la calidad de sus vinos, se encuentra en el piedemonte de los Andes. En Bodegas Nieto Senetiner (1905), con su típica construcción de barro, caña y madera, disfrutará del agradable ritual de la degustación de sus vinos, exclusivamente tintos, frente al majestuoso entorno cordillerano del Cordón del Plata.

En Domaine Vistalba podrá apreciar cómo se ha conjugado el savoir faire francés con la tipicidad de este terruño, ya que es la primera bodega a rtesanal construida en Argentina a la manera de los chateaux galos.
De vuelta hacia la ciudad, encontrará en Pequeña Bodega vinos varietales de estilo joven y artesanalmente elaborados y un salón que conserva el estilo tradicional.

Oasis este

El oasis del Este mendocino es una planicie (a una altitud entre los 640 y 750 metros) que recibe las aguas del Río Tunuyán y abarca parte cultivada de los departamentos de Junín, Rivadavia, San Martín y Santa Rosa.

Este amplio oasis es el de mayor producción de la provincia, donde se implantan gran cantidad de variedades de uvas. Los Caminos del Vino se encuentran en desarrollo, siendo la Bodega La Agrícola un referente excepcional de las virtudes vitícol as de la zona.

Oasis Sur

El oasis del Sur se extiende a los pies de la cordillera en los departamentos de San Rafael y General Alvear, irrigado por los ríos Atuel y Díamante (entre los 450 y los 800 metros de altitud). Es la principal zona de producción del cepaje Chenin, que da sus características a los vinos blancos de la región, frutados con una excelente relación alcohol - acidez. También se producen buenos vinos tintos.

Muchas de las bodegas abiertas al turismo pertenecen a tradicionales familias mendocinas que les dieron origen y hoy producen con la experiencia que legaron sus fundadores.

Como punto de ingreso a la provincia por la Ruta Nacional 188, General Alvear es un oasis de viñedos destinados a la elaboración de vinos de calidad.

Los Caminos del Vino portal del Sur

En esta excursión que dura todo el día, se visita la más joven y moderna Bodega Valentín Bianchi, también fábrica de champaña, que se ubica en el acceso principal a la ciudad de San Rafael y enclavada sobre suaves ondulaciones del terreno y rodeada de numerosas fuentes de agua. Camino al centro se encuentra Bodegas Balbi, destacada por elaborar sus vinos bajo normas de calidad ISO 9001, siendo una de las pocas del país con esta particularidad.

A continuación, en Bodega Suter se descubrirá donde nacen los vinos y los espumantes elaborados con el tradicional método francés, podrá apreciarse las botellas reposando sobre pupitres de madera y se visitará una cava de sorprendente acústica.
A escasa distancia, en la familiar Bodega Jean Rivier, de origen suizo, sus propios dueños le explicarán todos los pasos de elaboración de los vinos, la mayoría de los cuales podrán ser degustados directamente de las vasijas que los contienen.
Ya en la zona céntrica de la ciudad conocerá la Bodega Fundadora de Valentín Bianchi, construida en 1928, cuyos laberínticos pasillos contienen parte de la historia de esta tradicional familia.

Los Caminos del Vino San Rafael del Díamante

Este recorrido también de un día se realiza sobre la ruta que lleva a General Alvear y se inicia en Bodega Roca, donde el visitante es recibido por la cuarta generación de una familia dedicada al arte de hacer vinos. A un par de kilómetros se halla Bodega Lavaque, que atrae por su arquitectura colonial y por el cuidado ambiente en que son elaborados los vinos.

Siguiendo camino y poco antes de llegar a la localidad de Villa Atuel, se arriba a Bodega Goyenechea. Allí se podrá conocer el compromiso de cinco generaciones de una familia vasca con la cultura del vino y el marco de un entorno silencioso.

Oasis del Valle de Uco

Está situado al Sudoeste de la ciudad de Mendoza en la cuenca del Río Tunuyán, y comprende los departamentos de Tupungato, Tunuyán y San Carlos (la altitud varia entre los 900 y los 1.500 metros). Actualmente, es la zona de mayor evolución en inversiones vitivinícolas. Esta región, donde se cultivan manzanas, peras, nueces y cerezas, es perfecta para el cultivo de cepajes de alta calidad y demuestra el nuevo rumbo de la viticultura y la enología argentina.

En San José, y con el volcán Tupungato dominando el paisaje, se encuentra la pequeña bodega familiar Estancia Ancón, que produce vinos varietales a partir de viñedos ubicados a 1.500 metros de altura.

Yendo hacia el Sur se llega al distrito Los Arboles, Tunuyán, donde Bodega Salentein conjuga la tradición bodeguera mendocina con la tecnología europea. Al pie de la cordillera se erige esta bodega de construcción única en su tipo en forma de cruz. Cada una de sus cuatro alas es una pequeña bodega que cuenta con dos secciones: una a nivel del suelo y otra subterránea, para la crianza de vinos en barricas de roble, a ocho metros de profundidad.

Camino al Manzano Histórico se ubica la nueva bodega de Jacques y Fran�is Lurton. Estos reconocidos bodegueros de origen francés hallaron en estas tierras las mejores condiciones para elaborar sus propios vinos argentinos y sumarlos a su gama de productos desarrollados en otros países vitivinícolas (Francia, Australia, Chile, España y Uruguay).

En San Carlos, Bodega Fapes es de las más antiguas de la zona y se destaca en el arte de combinar la tradición con las nuevas tendencias. El entusiasmo de sus dueños le permitirá descubrir los secretos del vino en un ambiente amistoso. Finalmente, Finca La Celia, situada en Eugenio Bustos, es parte de la historia del pintoresco pueblo. Sus dueños, también propietarios de una de las más exitosas bodegas de Chile, han sabido rescatar la arquitectura de esta antigua bodega e incorporar la más moderna tecnología.

miércoles, julio 05, 2006

Beber vino en verano




ELVINO.COM
Centro de información del vino español en Internet
Andrés Proensa


A pesar de lo mucho que se viene predicando, de los adelantos que la técnica nos pone a mano (el hielo, por ejemplo, inventado hace rato) y de lo que dicta el sentido común, no falta quien sigue realizando la clasificación maniquea de bebidas de verano frente a bebidas de todo el año. Esa peculiar tendencia a poner puertas al campo y dirigir los hábitos de consumo, no se sabe con qué intenciones, tal vez por puro no saber qué otra cosa decir, crea situaciones chuscas y otras que pueden parecerlo pero que llevan consigo una sorda batalla comercial.

En el campo de batalla de las bebidas del verano algunos platean una pugna absurda entre el vino y la cerveza. Todo un absurdo porque el bebedor de vino, consume también cerveza, aunque al revés eso no esté tan claro. La cerveza cuenta con la imagen engañosa de bebida-refresco y la explota, como si la cerveza no tuviera alcohol. En ese campo, sólo podrían competir los vinos blancos o rosados más ligeros y frescos, tal vez los de aguja, y los espumosos.

Podrían competir en la teoría, porque en la práctica en la mayor parte de los puntos de consumo donde compiten con la cerveza los vinos no suelen estar en las mejores condiciones, se sirven a temperaturas inadecuadas o no son de la cosecha en curso o se aplican unos márgenes comerciales que ponen en fuga al aficionado más entusiasta. Por ahí habría que buscar la razón por la que en amplias zonas, incluso algunas productoras de vino (había que ver hasta hace bien poco la calidad de los vinos de la céntrica calle Laurel, la zona húmeda de Logroño), el vino se bate en retirada a la hora del tapeo.

Ese momento de consumo del aperitivo, de la comida informal o de la charla en una terraza al aire libre, que parece adecuado para el verano, es claramente territorio conquistado por la cerveza y también por aguas minerales e incluso por los refrescos (¡jo! Se ven raciones de chipirones acompañadas por bebidas isotónicas, con claro riesgo de que la mezcla estalle). El vino se defiende únicamente en zonas muy concretas, como el sur, donde la tradición del consumo de fino pugna con la cerveza, o en esos locales heroicos que son los bares de vinos.

Es cierto que puede haber comidas de verano y otras de invierno. A pesar de las bajas temperaturas que se padecen en algunos restaurantes y hoteles en pleno estío, con sus aparatos de aire acondicionado expulsando carámbanos, parece que no apetece mucho enfrentarse a la canícula después de un estofado de jabalí o una fabada en condiciones. Sin embargo, no está tan claro en el caso de los vinos. Aunque en algunas ocasiones apetecen los vinos que se consumen frescos, no es menos cierto que eso puede ocurrir también en invierno, cuando las temperaturas de los restaurantes y hoteles son tan altas que invitan a quitarse ropa.

No hay que renunciar a tomar los vinos más estructurado o más complejos en verano. Sobre todo si las condiciones de conservación en el domicilio urbano no son las mejores, ya que la evolución del vino se acelera de forma notable con las altas temperaturas y más aún con las oscilaciones de temperatura. Conviene, por tanto, disfrutar como cristianos de los vinos que puedan correr peligro antes de que se los coman los gusanos. Sólo hay que ponerlos en las mejores condiciones de consumo.

Afortunadamente, en los establecimientos de hostelería van proliferando cada vez más los armarios climatizadores para vinos. No era de recibo que los restaurantes realicen costosas inversiones para comprar cámaras adecuadas para conservar los productos alimenticios, incluso cámaras específicas para cada producto (como debe ser: no es lo mismo una cebolla que una cococha, como todo el mundo sabe, y a la hora de conservarlas también requieren cada una su temperatura y humedad), y el vino estuviera de cualquier manera, a veces junto a los motores de esas cámaras, muertos de calor y de envidia.

Sin embargo, aunque el restaurante no se haya provisto de esos aparatos, no hay que tener miedo a la cámara o a la cubitera con hielo. Sí, incluso para los vinos tintos de cualquier estilo, algo que nunca está de más repetir hasta el agotamiento, porque todavía hay (incluso entre los profesionales de la hostelería) quien insiste en aquello del tinto a temperatura ambiente.

Hay que contar con que el ambiente puede ser muy cálido, y, aunque el vino llegue a una buena temperatura, puede calentarse rápidamente. Hay que tomar algunas precauciones elementales. La primera es servir el vino frío, al menos dos o tres grados por debajo de la temperatura deseada de consumo. Prácticamente en la acción de servirlo, un vino gana dos grados y luego se caliente rápidamente, lógicamente a una velocidad relacionada precisamente con la temperatura ambiente.

Para evitar que ese rápido calentamiento haga inútiles todos los esfuerzos e inversiones anteriores, hay que procurar servir en la copa una cantidad menor, de manera que se consuma la mayor parte del contenido a la temperatura adecuada. Y no permitir que el camarero rellene la copa antes de acabar con su contenido. Es muy frecuente que en cócteles y similares se sirvan los vinos o los espumosos de forma permanente, mezclando el contenido de botellas diferentes y añadiendo vino frío al que ya se ha calentado en la copa. Consiguen así que nunca se consuma el vino a buena temperatura.
Con todas estas precauciones se puede caer en el peligro contrario: que sea servido demasiado frío, con lo que la percepción del vino se modifican: en aromas pierde potencia (lo que no siempre es mala cosa) y con temperatura fresca tiende a impulsar los aromas frutales y a esconder los de madera (lo que en ocasiones es altamente recomendable); en la boca suelen potenciarse las sensaciones ácidas y, con ellas, las astringencias tánicas. No hay mayor problema; se calentará en pocos minutos y siempre es más fácil hacer que suba su temperatura que bajarla si está demasiado caliente.

No hay que renunciar a nada por el calor, pero no hay que olvidar tampoco que incluso los vinos más frescos y ligeros, lo mismo que las cervezas, tienen un componente alcohólico. No hay que abusar en ningún momento pero en verano es vital extremar las precauciones porque las altas temperaturas inducen primero a beber más y luego provocan un mayor efecto del alcohol. La necesidad fisiológica de apagar la sed se cubre mejor con agua; el consumo de vino o de cerveza ha de tener una función lúdica o alimenticia que permita limitar los riesgos de accidentes si se va a conducir un vehículo o a realizar cualquier actividad que pueda implicar riesgo.