miércoles, marzo 14, 2007

El vino del Líbano






EL VINO DEL LÍBANO


Embajada del Líbano en Argentina

Si bien no pensamos en el Líbano como una región vitivinícola, es una de las más antiguas, si no la más antigua región productora de vino en el mundo.

Famoso por sus cedros majestuosos y sus montañas, el Líbano, la tierra bendita de Canaan rodeada por nieves eternas, ha sido centro de la industria vitivinícola desde el albor de los tiempos. En esta misma tierra, Noé, el primer viñatero, dio a la humanidad un valioso descubrimiento: el vino, que él mismo amaba hasta el delirio. Desde allí, este descubrimiento se extendió a Babilonia y el Egipto Superior, donde existen frescos que muestran que el vino era conocido desde la antigüedad más remota.

Los fértiles suelos del Líbano eran famosos por sus vinos en la antigüedad, y se los tenía en gran consideración en Grecia, Anatolia y sobre todo en Israel, que mantenía estrechas relaciones comerciales con los fenicios. Éstos embarcaban vinos libaneses ricos y dulces en ánforas a todos los rincones del Mediterráneo, para ser bebidos por los ricos ciudadanos de Atenas, Cartago y Roma. Debe dársele crédito al Líbano, entonces, por la propagación de los viñedos, a través de los fenicios, en todo el Mediterráneo, junto con el color púrpura y el alfabeto.

Durante el período greco-romano, la bebida celestial era objeto de culto. Baco-Dionisio entró en el Panteón y el más hermoso templo de Baalbeck estaba dedicado a él. Y así, desde la oscuridad de los tiempos, el misterioso curso de la historia siempre nos trae de vuelta a este rincón privilegiado, donde se recogió por primera vez el líquido de la viña. Después de la caída de Roma, el cristianismo tomó la tradición. Fue en el Líbano que Cristo convirtió el agua
en vino, en su primer milagro, durante las bodas de Caná. Luego vino el Imperio Bizantino, que extendió el cultivo de viñedos desde la fértil Bekaa a todo Medio Oriente para hacer vino sacramental.

Desde entonces, cada monasterio está rodeado por un viñedo donde crece la noble planta. Muchos de los más reputados cultivos tienen hoy lugar alrededor de monasterios.
El vino se elabora en numerosos viñedos en todo el Líbano. En el valle de la Bekaa, por ejemplo, se encuentra Ksara, Château Kefraya y Massaya, y en la región de Monte Líbano se encuentran Château Fakra y Château Musar.

El establecimiento Ksara, así llamado porque fue una fortaleza (o kasar) de los francos, en la época de las Cruzadas, fue adquirida por los padres jesuitas en 1857, cuando ya era famoso su vino. Ellos perpetuaron la tradición. En especial, fueron pioneros en la introducción de vinos de gran calidad. Gracias a las condiciones climáticas excepcionales de la Bekaa, se cultivaron nuevas variedades en las 20 hectáreas de Ksara y más tarde en Tanail, en una finca de 240 hectáreas, que también pertenecía a los jesuitas, desde donde enviaban las uvas a las bodegas de Ksara.
La bodega natural de Ksara es una gruta descubierta por los romanos, quienes construyeron varios túneles a partir de ella. Estos túneles fueron ampliados a su tamaño actual durante la primera guerra mundial, cuando los jesuitas intentaron aliviar el hambre con la creación de empleos. Unos cien hombres trabajaron duramente con picos y palas durante cuatro años para completar la red subterránea, que se extendía por casi dos kilómetros.

La temperatura de los túneles es ideal para el vino, ya que varía durante el año de 11 a 13 ºC. Ksara pasó a manos de sus actuales propietarios cuando los jesuitas decidieron vender la finca según directivas del sínodo Vaticano II.

La finca de Ksara está plantada con una amplia variedad de viñedos, de los cuales los más importantes son Cabernet-Sauvignon, Syrah, Semillon, Grenache, Sauvignon-Blanc, Cinsault y Merlot. El vino de Ksara ha sido descripto como robusto, seco y frutal, con una fuerte personalidad. Los numerosos premios internacionales obtenidos confirman la calidad de este vino.

Situado en el corazón del Líbano, en el valle de la Bekaa, el viñedo de Château Kefraya se extiende por 300 hectáreas hasta el pie del Monte Líbano, 20 km. al sur de la ciudad de Chtaura. El viñedo, plantado en una sucesión de terrazas y colinas con cuestas muy empinadas, a una altitud de 950 a 1100 m. en un suelo arcilloso, con lima y piedras, junto con una luz solar excepcional, sin lluvias durante 6 a 7 meses del año, posee una equipamiento altamente sofisticado que permite el traslado de las uvas, que se recogen a mano, así como su proceso posterior, para la elaboración de un vino especial y auténtico, exclusivo de Château Kefraya.

Esta finca ha recibido grandes elogios de los críticos internacionales y revistas especializadas como “The wine advocate”, “Decanter” y “e Paysan Français” Las variedades más comunes son Carignan, Syrah, Mourvedre, Grenache, Cnsault, Cabernet-Sauvignon, Clairette y Chardonnay.

Massaya es una empresa franco-libanesa cuya finca está en Tanail. Produjo su primera cosecha en 1999. Sus propietarios son importantes personalidades de la industria de ambos países.
Châtau Fakra está ubicado cerca de Kfardebian, una localidad del centro de Monte Líbano, cuya altitud varía entre 1000 y 2.826 m2. Es ésta una de las principales zonas agrícolas del Líbano, pues posee laderas verdes, bosques de robles y pinos, huertas de árboles frutales, viñedos y arroyos con agua límpida, que la constituyen, además, en una de las zonas más pintorescas del país. Siguiendo un camino sinuoso, llegamos a los milenarios "Templos de Fakra", donde durante miles de años, desde los tiempos fenicios, hasta los griegos, romanos y bizantinos, se veneraba a los dioses del amor y del vino.

Caves Nakad es un pequeño viñedo que comenzó en 1923, con el famoso arak As-Samir, durante el protectorado francés de 1921 a 1934, mientras había tropas francesas estacionadas en la Bekaa. Youssef Nakad empezó el cultivo, y , como dicen, el resto es historia.
Caves Nakad obtiene sus uvas de otros viñedos de la Bekaa, ya que está ubicada en una zona residencial, Jdita, lo cual limita enormemente el potencial de crecimiento. Por ello necesita nuevos inversores y más tierras.

Clos St. Thomas está ubicado en Kab Elias, donde las colinas de Monte Líbano encuentran la llanura, y es un viñedo reciente. Fue fundado por Said Tomma, con su larga tradición familiar de 100 años en la fabricación de vinos. Si bien está en sus comienzos, produce 175 mil botellas, de las cuales el 80 % se exporta a Europa y Norteamérica.

Château Musar produce un vino tinto notable, fino, de mucho cuerpo, que podría compararse con los mejores vinos franceses. Fue fundado en 1930 por Gaston Hochar en un castillo del siglo 18. Está ubicado en Ghazir, cerca de Beirut, en Monte Líbano. Siguiendo una expansión de la bodega a fines de los años 50, Château Musar puede almacenar más de un millón de botellas de vino. Empresa familiar, Château Musar es propiedad de dos hijos de Gaston Hochar, Serge y Ronald.

Los viñedos están ubicados a una altura de más de 1000 metros, en el valle de la Bekaa, donde los vinos son resguardados por las montañas que corren paralelas a la costa mediterránea. El valle de la Bekaa está libre de plagas y de escarcha, con largos veranos templados, inviernos lluviosos, y una temperatura promedio de 25 grados. Sus viñedos cubren 130 hectáreas, tienen una producción limitada de 25 hectolitros por hectárea, lo cual resulta en alrededor de 20.000 cajas del vino Châteu Musar, y una producción de otras variedades.

Château Musar alcanzó fama internacional durante la Feria de Bristol ( Inglaterra ) en 1979, donde la prensa especializada lo designó como "el hallazgo de la feria". Después de este evento, su reputación se ratificó en otros países europeos, en los Estados Unidos y Canadá, así como en Asia. La revista Decanter rindió homenaje a los logros de Serge Hochar al nombrarlo "Hombre del Año" en 1984. Durante los años de guerra, Château Musar siguió produciendo vino de gran calidad. Actualmente, exporta más del 90 % de su producción anual a todo el mundo.

Musar es la primera bodega libanesa que es miembro de la Oficina internacional de la Viña y del Vino. Estos vinos están a la cabeza de la industria local, a la que pusieron en la escena internacional de las cosechas de calidad. De este modo, Ksara, Kefraya y Musar han iniciado el camino para muchas otras bodegas del país.